miércoles, 14 de julio de 2010

Perdón

Es la absolución de los pecados, junta ese par de silabas las suficientes veces y tendrás tu billete al cielo en clase bussines.
No se necesita arrepentimiento para rellenar los datos personales y ni siquiera tienes que marcar la opción de enmienda para que te dejen facturar el equipaje. Evita explicar los motivos, no vaya a ser que los de arriba se mosqueen porque tus faltas no merecen tanto alboroto y te quedes sin ventanilla.
Cuidado con la letra pequeña que manda penitencia, doble para los reincidentes y negociable si consigues ahogar el corazón de la operadora a base de lágrimas. No te será difícil si juegas en terreno conocido y estrangulas la voz, zumos de naranja y silencio.

Pasado todo el faenoso papeleo puedes relajarte, olvidar y dormir abrazado a la indulgencia mientras leves ronquidos hacen ondear el salvoconducto sobre tu cabeza. No te molestará haber arrancado algo que quizás ni podían ni querían concederte, el vacio facultativo que tu exigente suplica deja en el interpelado, ni el borboteo de rabia consiguiente en los no cristianos.


Nada turba el descanso de los inocentes.

2 comentarios:

  1. Inocencia

    No importa que definición se le de, no es una palabra más. Es el estado de la más absoluta perfección.

    ¿Existe alguien que sea realmente inocente?

    Todos lo somos en algún momento de nuestra vida, ya que siendo unos recién nacidos no hemos tenido tiempo de hacer mal alguno. (A no ser que tengamos en cuenta lo del pecado original del cristianismo)

    Nacemos en la más absoluta inocencia, al morir somos culpables de nuestros pecados.

    Debemos pagar el precio de nuestra vida, ya sea en esta o en la otra.

    El perdón no se pide, el perdón se gana. (El catolicismo, tras la contrarreforma, elimino las enmiendas de salvación directa que se repartían como panes y empezó ha exigir buenas obras para entrar en el cielo)

    Vive tu vida responsabilizándote de tus actos y no necesitaras que nadie te perdone.

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  2. A cuento de esa última frase que has enunciado viene el texto, pretender que te perdonen incondicionalmente y así descargar tus faltas sobre los demás.

    Y respecto a la inocencia o culpabilidad de los seres humanos, eso se lo dejo a Dios o a sus sicarios, yo me rijo por otros preceptos y reniego de aquel que necesita que creamos en El para existir.

    PD: Una pena lo de la eliminación de las enmiendas, tsk!

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