Catherine era una criatura de invierno, estaba hecha de hielo y solo se era capaz de cambiar su estado a fuerza de selectas caricias incendiarias.
O eso creía.
En realidad era una humana como el resto que tardó demasiado en darse cuenta de que la primavera llega incluso a las almas más oscuras y que, al igual que el muro, también podía llorar.
Ahora corre desesperada en busca de nieve que mantenga su mentira, con la fatalista certeza de que el verano será demasiado largo como para escapar de todas esas lloviznas que abrasan su piel.
No hay como jugar con fuego para quemarse.
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Catherine puede encontrar un paraguas que le aparte de las lluvias sin tener que huir. Porque Catherine no es una criatura de invierno, es una criatura de ese invierno.
ResponderEliminarsuelo ser bastante quisquilloso y para no faltar a la tradición te diré... que Catelyn es una Tully (osease, que de norteña poco). Por lo menos, "esa" Catelyn, aunque nadie dice que sea la misma que la de tu historia ;)
ResponderEliminarPone Catherine, no Catelyn cariño.
ResponderEliminarMi amol, Catelyn y Catherine son sospechosamente parecidos, no te lo parece? ^^
ResponderEliminarAdemás hablas del invierno, del muro que llora...
Las estaciones vienen y van, es inevitable, es un ciclo eterno.
ResponderEliminarYa sea primavera, verano, otoño o invierno el frío no desaparece de los polos geográficos ni el calor de los trópicos.
Las estaciones cambian, los desiertos y glaciares son eternos.