martes, 16 de marzo de 2010

Rozaduras

Mírala, todavía no ha estrenado sus cadenas y ya empiezan a desollarle la piel.
No son sus muñecas lo que esta vez se desgastan, son las capas que había tejido a su alrededor durante los meses de libertad, barnices sobre los que se alzaba, orgullosa e invulnerable.

Pero no estamos en un cuento Disney y no hay final feliz para este capítulo, dentro de aquel capullo no encontraremos una mariposa, ni siquiera al gusano que se arrastró dentro.
La violencia de los golpes que desprendian sus galas, hacian que la criatura que emergía fuese débil, magullada, dócil y necesitada. Llena de miedos y digna de todos los desprecios.

Y ¿Quién puede querer a alguien que solo alza la cabeza para suplicar?

viernes, 12 de marzo de 2010

Hesitate a while...

Lo dicho, más bajo no se podía caer.
Estaba inmersa en un lodazal de lo más pringoso, lo peor de todo es que se había metido ahí por propia voluntad y de cabeza. Hería su orgullo que los demás la vieran retorcerse, por lo que llenó también sus ojos de barro, no era cuestión de levantarse con la boca hasta los topes de fango y pretender ser intocable. Eso no, antes cavaría un túnel con todos aquellos hilos de seda que la retenían, asfixiándola por momentos, cortando capa a capa sus asperezas. Un túnel que la llevara tan lejos como volaban sus pensamientos antes de caer. Antes de descubrir que un palmo de barro puede ser el más acogedor de los abrazos.